La anemia se define como una disminución en el
número de glóbulos rojos (o hematíes) en la sangre o en los niveles de
hemoglobina respecto a los valores normales.
La principal función de los glóbulos rojos es el
transporte de oxígeno en la sangre y su liberación en los distintos tejidos. El
oxígeno se transporta en el interior del hematíe unido a la hemoglobina.
Se considera anemia cuando disminuye la
concentración de hemoglobina en sangre, aunque la de eritrocitos sea normal o
incluso elevada. Los límites de referencia de la concentración de hemoglobina
en sangre pueden variar según la población analizada, ya que depende de
factores diversos como la edad, el sexo, las condiciones ambientales y los
hábitos alimentarios.
La anemia
constituye una de las causas más frecuentes de consulta por tres motivos
principales:Elevada incidencia en niños, mujeres, jóvenes o sujetos adultos con
carencias en su alimentación (déficit de hierro y ácido fólico, especialmente)
.Suele
estar asociada a muchas otras patologías, en las que constituye un síntoma del
trastorno subyacente.Elevada frecuencia en ciertos grupos étnicos (relacionada
con la malnutrición y muy extendida, por lo tanto, en aquellos países en vías
de desarrollo, cuya población carece de recursos para mantener una alimentación
adecuada).
principales síntomas de la anemia:
Palidez: Es uno de los signos más
característicos de la anemia y una consecuencia directa de la vasoconstricción
generalizada (cierre de los vasos sanguíneos) y del descenso de la
concentración de la hemoglobina en sangre.
Astenia: constituye un síntoma general muy
ligado a la anemia (el individuo anémico se siente “cansado”).
Disnea: sensación subjetiva de
falta de aire.
Fatiga
muscular: incluso
con pequeños esfuerzos.
Manifestaciones
cardiocirculatorias: taquicardia
y palpitaciones que son constantes en caso de anemia moderada o intensa,
especialmente cuando se instaura bruscamente. En una anemia crónica de
aparición lenta, el único signo apreciable de la anemia es un soplo sistólico
funcional (ruido que hace la sangre al salir del corazón). Si la anemia es muy
intensa se sobreañade una taquipnea (respiración muy rápida) o pérdida del
conocimiento.
Trastornos
neurológicos: alteraciones
de la visión. Cefaleas (dolor de cabeza). Cuando la hemoglobina desciende por
debajo de 30 g/L (anemia grave) pueden aparecer signos de hipoxia cerebral,
cefaleas, vértigos, e incluso un estado de coma.
Manifestacione
neuromusculares: consisten
principalmente en cambio de la conducta, cefaleas, vértigos, trastornos
visuales, insomnio, incapacidad para concentrarse y, ocasionalmente
desorientacion
Ritmo
menstrual: la
existencia de reglas abundantes (hipermenorrea) es la causa más frecuente de
anemia en las mujeres jóvenes, aunque suele ser una anemia moderada (Hb: 90-110
g/L). Sin embargo, cuando la anemia es más intensa, suele apreciarse una
disminución del ritmo menstrual, con tendencia a la amenorrea. Lo que sucede es
que, frente al descenso de la hemoglobina, el organismo reacciona disminuyendo,
o incluso anulando, la pérdida hemática.
Alteraciones
renales: se
produce una retención acuosa que puede dar lugar a la aparición de edemas o
hinchazón en las piernas.
Trastornos
digestivos: consisten
en anorexia, náuseas y, ocasionalmente, estreñimiento.
Tipos de
anemia: clasificación morfológica
La
apreciación del tamaño y el contenido hemoglobínico de los eritrocitos es uno
de los análisis de laboratorio más empleados en el diagnóstico de las
anemias.
El índice
eritrocitario de mayor valor clínico es el volumen corpuscular medio (VCM), ya
que constituye un criterio morfológico para clasificar las anemias en
normocíticas (VCM: 82-98 fl), macrocíticas (VCM >98 fl) y microcíticas (VCM
<82 fl).
El VCM se
correlaciona con la hemoglobina corpuscular media (HCM), magnitud que informa
sobre el valor medio del contenido hemoglobínico de los eritrocitos
circulantes. En consecuencia, la HCM disminuye al hacerlo el VCM (anemias
microcíticas e hipocromas) y aumenta cuando aumenta el VCM (anemias
macrocíticas e hipercromas).
Tipos de anemia: clasificación fisiopatológica
La
clasificación fisiopatológica (según su mecanismo de producción) de una anemia
se basa en la capacidad de la médula ósea para adaptarse al descenso de la
concentración de hemoglobina en sangre.
El
recuento de reticulocitos (que son las células precursoras de los glóbulos
rojos), indica cuál es la capacidad de respuesta de la médula ósea frente a la
anemia.
La
disminución de la concentración de hemoglobina en sangre siempre origina un
aumento compensador de la eritropoyesis por aumento de la Epo. Por ello, cuando
la médula presenta una capacidad regenerativa normal, siempre debe existir una
relación inversa entre disminución de hemoglobina y aumento del número de reticulocitos
(anemia regenerativa).
Por el
contrario, cuando la anemia no se acompaña de un aumento proporcional del
número de reticulocitos, es que la capacidad regenerativa de la médula ósea se
halla disminuida (anemia arregenerativa).
Algunas de las causas más frecuentes de anemia se exponen a continuación:
A.
REGENERATIVAS:
- Pérdida
aguda de sangre.
- Anemia
aguda después de una hemorragia.
- Aumento
de la destrucción de los hematíes.
- Corpusculares
(por alteraciones en el propio hematíe):
- Alteraciones
de la membrana. Ejemplo: esferocitosis hereditaria.
- Deficiencia
de enzimas. Ejemplo: déficit de glucosa 6-fosfato deshidrogenasa.
- Alteraciones
de la hemoglobina. Ejemplos: anemia falciforme o las talasemias.
Extracorpusculares
(por causas fuera del hematíe):
- Tóxicos.
Ejemplo: venenos de serpientes o cloratos.
- Agentes
infecciosos: bacterias o parásitos (paludismo).
- Causas
mecánicas. Ejemplo: problemas vasculares.
- Inmunológicas.
Ejemplos: transfusiones, enfermedad hemolítica del recién nacido, anemias por
autoanticuerpos o por fármacos.
- Hiperesplenismo
(el bazo aumenta de tamaño y destruye muchos glóbulos rojos).
B.
ARREGENERATIVAS:
Alteración
de la célula germinal o precursora de glóbulos rojos:
- Aplasias
medulares.
- Síndromes
mielodisplásicos.
- Infiltración
de médula ósea.
Defectos de factores hematopoyéticos (necesarios para formar la
hemoglobina):
Ejemplos:
- Déficit
de hierro (anemia ferropénica).
- Déficit
de vitamina B12.
- Déficit
de ácido fólico.
- Déficit
de eritropoyetina.
Diagnostico de las anemias:
Para alcanzar un diagnóstico de la anemia el experto médico se
fijará tanto en los signos que presente el paciente y la forma de presentación
de la anemia, y podrá recurrir a diversas pruebas de laboratorio para confirmar
sus sospechas.
Manifestaciones
clinicas
La
realización de la historia clínica y la exploración física, constituyen siempre
el primer paso en el estudio de una anemia. Descartada una hemorragia o enfermedad
subyacente que justifique la anemia, su estudio debe iniciarse con la
consideración del sexo, la edad y el origen étnico del paciente, así como su
forma de presentación (aguda o crónica, tiempo de evolución y existencia de
antecedentes).
Pruebas
de laboratorio
Para
confirmar el diagnóstico de anemia es preciso demostrar primero el descenso de
la concentración de hemoglobina en sangre. Para ello se realiza un análisis de sangre,
llamado hemograma, que determina los niveles de hemoglobina en la sangre junto
con otros parámetros que indican la morfología y tamaño de los hematíes.
Además, el hemograma nos informa de posibles alteraciones en otras células
sanguíneas como son los glóbulos blancos y las plaquetas.
Además
del hemograma, se suele solicitar un frotis sanguíneo en el que se ve la sangre
directametne al microscopio. Esta prueba puede dar mucha información sobre la
causa de la anemia. Según la sospecha diagnóstica se pueden solicitar otras
muchas pruebas, como los niveles de hierro y ferritina (depósitos de hierro del
organismo), niveles de vitamina B12 y ácido fólico, niveles de reticulocitos
(células precursoras de los hematíes), distintos autoanticuerpos, etcétera.
En
anemias arregenerativas, en las que la causa de la anemia está dentro de la
médula ósea, muchas veces es necesario solicitar un estudio de la médula ósea
por medio de un aspirado o de una biopsia de médula ósea. El aspirado es una punción
en la que se toman células de la médula ósea, y que se suele realizar en el
esternón. La biopsia es una punción con una aguja más gruesa, en la que se toma
un cilindro de hueso, lo que permite un estudio más exhaustivo de la médula
ósea. Se suele realizar en la cresta iliaca, que es el reborde de hueso que
tenemos por encima de la cader
El tratamiento de la anemia depende de la causa que la provoca:
Sea cual sea, el objetivo será incrementar el nivel de
oxígeno que la sangre es capaz de transportar, ya sea mediante el aumento de
glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina. Por supuesto, habrá que
tratar también la causa o enfermedad que pueda haber provocado la anemia.
En general bastará con la reposición de hierro por vía oral en casos de
anemia ferropénica; o de vitamina B12 y ácido fólico en casos de anemia
megaloblástica.
Cuando se deba a pérdidas importantes de sangre se realizará una
transfusión de sangre. Y en casos más específicos (como síndromes hereditarios)
puede plantearse el trasplante de médula ósea. En todo caso es necesario
consultar con el médico especialista para que te indique el tratamiento de la
anemia más adecuado para tu caso.
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