jueves, 15 de septiembre de 2016

Arritmia Cardíaca


Arritmia Cardíaca:



Se conoce como arritmia cardíaca a cualquier alteración del ritmo cardíaco que se produce, ya sea por algún cambio de sus características (ritmos distintos del ritmo sinusal normal) o por variaciones inadecuadas de la frecuencia.

Aunque los valores normales de la frecuencia cardíaca se encuentran entre los 60 y los 100 latidos por minuto), puede ser normal hallar cifras por debajo o por encima de estos en función de las características del individuo o la situación en la que se encuentra.

En condiciones normales el latido del corazón no es percibido. Algunas arritmias ventriculares causan pocos o ningún síntoma diagnóstico y tienen un efecto mínimo en la eficacia del bombeo del corazón especialmente cuando duran poco tiempo. De hecho, muchos adultos sanos sufrirán arritmias cortas de vez en cuando. Sin embargo, las arritmias que duran minutos, o incluso horas, pueden tener consecuencias muy serias, como reducir la cantidad de sangre que el corazón bombea al resto del cuerpo.


Entre las causas tenemos:


El impulso eléctrico no se genera de manera adecuada.
El impulso eléctrico surge en un sitio erróneo.
Los caminos para la conducción eléctrica están alterados


Los síntomas mas comunes son:


Las manifestaciones clínicas dependen del tipo de arritmia. Pueden ser variables, yendo desde arritmias con ningún síntoma hasta arritmias que provocan repercusiones muy importantes. Los principales síntomas son:
Palpitaciones

En condiciones normales el latido del corazón no se percibe. La percepción de que el corazón late se conoce con el nombre de palpitaciones; las palpitaciones no siempre indican una situación patológica ni significan que haya taquicardia.
Síncope

Se conoce con el nombre de síncope a la pérdida relativamente brusca de la conciencia del paciente. Se caracteriza porque éste se recupera espontáneamente en un corto periodo de tiempo. Las causas de síncope pueden ser múltiples. Algunos síncopes pueden ser debidos a arritmias, tanto bradicardias como taquicardias.



Paro cardíaco:




Es la situación que conlleva una pérdida de conciencia grave sin que el paciente se recupere de forma espontánea. Lo que diferencia este cuadro del síncope es que en esta situación deben de realizarse maniobras de reanimación cardíaca o de lo contrario el paciente puede fallecer en pocos minutos. Esta situación puede ser debida a diversas causas que no siempre son cardíacas, pero las arritmias graves suelen ser la causa más frecuente.



Causas:


En esta arritmia la actividad eléctrica del corazón está totalmente desorganizada, de forma que no hay ningún latido efectivo. Esta situación lleva sistemáticamente a un paro cardíaco grave que, si no se consigue parar con las maniobras de reanimación cardíaca, es irreversible provocando la muerte.
Personas que lo padecen:

Este tipo de arritmia se presenta en su mayor parte en pacientes que tienen alguna enfermedad cardíaca y, especialmente, tienen afectación de las arterias coronarias, pudiendo ser la arritmia su primera manifestación. Excepcional-mente la fibrilación ventricular (FV) también puede presentarse en pacientes que únicamente tienen un trastorno de las propiedades eléctricas del corazón. Suelen ser pacientes jóvenes y, en la mayoría de ellas, se ha encontrado un componente genético, por lo que no es infrecuente que en estos pacientes haya antecedentes familiares de muerte súbita inexplicada.



 
De entre las anomalías eléctricas más conocidas que pueden provocar muerte súbita por fibrilación ventricular cabe destacar:
 



Síndrome del QT largo congénito:

    Es una enfermedad hereditaria, en la que se produce nepisodios de taquicardia ventricular, generalmente cortos y auto-limitados, que pueden degenerar en una fibrilación ventricular. Puede manifestarse desde la infancia, y se caracteriza, por presentar episodios de pérdida de conciencia que suelen desencadenarse con las situaciones emocionales o el esfuerzo. 

No es infrecuente que estos niños hayan sido diagnosticados de epilepsia. El diagnóstico se hace habitualmente a partir del ECG basal, aunque en algunos casos éste puede ser prácticamente normal. La historia de antecedentes familiares puede ayudar a realizar el diagnóstico. Hay algunas formas de este síndrome que se pueden acompañar de sordera congénita.
Síndrome de Brugada:

Esta es una enfermedad familiar hereditaria, en que los pacientes afectados pueden presentar síncopes de repetición y muerte súbita. Suele haber antecedentes familiares de muerte súbita inexplicada. El diagnóstico definitivo lo da el ECG que presenta unas alteraciones características. En los pacientes portadores de este síndrome, el ECG puede ser, transitoriamente normal y, en estos casos, si hay sospecha clínica se puede llegar al diagnóstico realizando una prueba con fármacos que puede poner de manifiesto la alteración del ECG.




Farmacoterapia:


 




fármacos Antiarritmicos:


    Son medicamentos cuya finalidad es la de evitar que se produzcan crisis. Hay varios tipos y cada uno de ellos puede ser más o menos útil para las diferentes arritmias.

Se pueden utilizar como tratamiento agudo durante un episodio de taquicardia o como tratamiento crónico para evitar que se repitan las crisis.





  • Clase I: fármacos que bloquean los canales de Na+ dependientes del voltaje. Inhiben la corriente de sodio y, por lo tanto, disminuyen la velocidad de conducción y la excitabilidad cardíacas.


  • Grupo Ia: Fármacos con cinética de recuperación intermedia

 (quinidina, procaimida, disopiramida).

  • Grupo Ib: fármacos con cinética de recuperación rápida.

(lidocaína, mexiletina, aprindina).




  • Grupo Ic: fármacos con una cinética lenta de recuperación del bloqueo.

(propafenona, flecainida).

  
  • Clase II: Agentes que se oponen al sistema nervioso simpático la mayoría de ellos β bloqueantes.



  • Clase III: Agentes que afectan la salida de K+, por lo tanto son fármacos que producen prolongación del potencial de acción, y por lo tanto, del período refractario

 (amiodarona, sotalol).




  • Clase IV: Agentes que afectan los canales de Ca2+9 dependientes del voltaje de tipo L, con la excepción de las dihidropiridinas, y son bloqueadores del nódulo auriculoventricular.


Al inhibir el flujo de calcio, disminuyen la velocidad de conducción y el período refractario de los nodos sinusal y AV, así como de células cardíacas normalmente despolarizadas, como el miocardico isquémico. 

(verapamilo, diltiazem).


  • Clase VAgentes cuya función es por otros mecanismos o por mecanismos desconocidos:
Adenosina, sales de potasio y magnesio.













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